Diego Delía, médico anestesiólogo, era una de las tantas personas en el mundo que sufría dificultades para dormir pero con una diferencia: a partir de sus conocimientos como médico, se propuso resolver este problema. Una vez que le diagnosticaron una apnea de sueño leve y luego de haber padecido tres horribles sensaciones de ahogo mientras dormía, Delía decidió entonces enfrentar su situación con una innovadora alternativa, basado en la utilización de dos técnicas sencillas y largamente probadas por la humanidad pero reunidas para algo nuevo: el oxímetro de pulso y el mecanismo de defensa generado por el instinto humano frente a un estímulo. Frustrado por la falta de soluciones en el mercado, desarrolló el primer prototipo de SOMNI.

En los comienzos del desarrollo, luego de la publicación en los medios de un triste caso de muerte súbita en un bebé, es que se enfoca en el uso pediátrico. Dado que los bebés no pueden reconocer por sí solos problemas durante el sueño, SOMNI inicia un recorrido y recibe múltiples y prestigiosos reconocimientos de la comunidad médica internacional. Entre esos apoyos figuran el del profesor Michael Harrison, cirujano pediátrico de la UCSF y conocido como el “padre de la cirugía fetal” como también del Children´s National Hospital de Washington, DC. Durante una entrega de premios para innovaciones pediátricas en Silicon Valley, un representante médico de la FDA, le sugiere a Delía recabar datos en adultos y así facilitar su desembarco en pediatría. Es por eso, que SOMNI retoma su camino en los adultos con trastornos respiratorios del sueño.